jueves, junio 26, 2008

Cambio en la conferencia

Se invita a la conferencia:

Abzurdah
Un caso de anorexia, un blog y un amor obsesivo.


“Entonces Ana para mí es mi diosa, mi diosa todopoderosa que me ayuda a ser cada vez más perfecta. Ana me castiga y me insulta sólo cuando me castigo y me insulto yo misma. Si Ana ve que estoy siendo justa con mi persona, entonces me recompensa.


Me siento mareada y el hambre se me fue. No tengo sueño pero estoy cansada. La anorexia es así: te lleva, te trae, te atrapa, te deja ir. Te ilusiona, te ampara, te ilumina, te destruye. Estoy preparada para jugar, que empiece la partida.”

En la presente conferencia abordaremos el caso descrito en el libro "Abzurdah", relato autobiográfico de la llamada "Anoréxica latinoamericana más famosa" Cielo Latini que saltára a la luz pública con su blog Pro-Ana mecomoami.com. El libro nos permite reconocer elementos precisos de este caso de Anorexia, que en la cuenta de uno a uno, ilumina más allá que las respuestas comúnes actuales en el tema de los desórdenes alimenticios reconocido en esta historia como una aventura amorosa desorbitada.

Por Héctor Mendoza

Día: Martes 15 de julio de 2008
Hora: de 6:00 a 8:00
Costo: 150 pesos
Lugar: Café 16mm (Serafín Peña 746 entre Padre Mier y Matamoros, Centro de Monterrey)
Cupo limitado, favor de confirmar asistencia
Mayores informes en
jhmchector@hotmail.com







Sex and the City
Amor en los tiempos de la soledad

Este próximo lunes 30 en el Semiario Abierto de Psicoanálisis del Area Clínica volveremos a abordar las historias de "Sex and the city", relacionandola con el libro de Paul Verhaeghe sobre tres ensayos sobre el amor y la pulsión. Cámara Gessel #2 de la Clinica de la Facultad de Psicología. Entrada libre. Mayores informes en jhmchector@hotmail.com

martes, junio 24, 2008

Kung Fu Panda
El ingrediente secreto de la paternidad


Kung Fu Panda lo dice muy claramente, el problema actual en los niños y sus familias es la creencia. La anécdota del Panda Panzón que es electo como poderoso “Guerrero Dragón” cuando no solo no está en forma atlética sino no saber nada del arte del Kung Fu, en su centro está una enseñanza que a veces parece pasada de moda: creer en uno mismo, poder alcanzar sus sueños. Sin embargo, la historia que puede parecer a primera vista como sencilla y clásica (El héroe que tiene que buscar en su interior para salir triunfante) tiene detalles que la hacen particular para nuestros tiempos. Estos pequeños detalles llegan como un intento de solución a los problemas actuales en la niñez y la juventud. En el presente escrito, por motivos clínicos nos concentraremos en diversas enseñanzas que los maestros del kung fu pandezco no proporcionan en términos de la familia, ya que no podemos negar que es una película familiar.

Podemos imaginar que los animadores de dreamworks partieron de la premisa de lo atractivo del personaje. El título Kung Fu Panda lo dice todo. El chiste se hace presente si recordamos que más le gustaba a Freud al respecto “el chiste es como una sacerdote que una en matrimonio una pareja imposible”. En este caso el arte marcial chino del Kung Fu y el otro emblema de esa “tierra que está en medio”, el Panda. Más aún, los guionistas decidieron que ese Panda, al más puro estilo de Karate Kid y Rocky (ambos del mismo director), pasara del perdedor (Daniel el joven flacucho, Rocky Balboa el vago de segunda) al máximo galardón (El torneo de karate de los valles y el campeonato de pesos pesados respectivamente). ¿Cuál es galardón en Kung Fu Panda? ¿Ser el guerrero dragón? No, ya que desde el inicio de la cinta lo logra, sino prepararse para cumplir la profecía que indica que ante el peligro del villano Tai Lung solo el guerrero Dragón lo podrá vencer utilizando el rollo del Dragón el cual le dará el poder ilimitado. Aún y cuando vemos las similitudes con las otras películas mencionadas arriba el pequeño giro de la introducción de un objeto hace que cambie la jugada.

El rollo del maestro

¿Cómo llega a ser Po, este panda panzón que trabaja en la tienda de fideos de su padre, el guerrero dragón? El gran maestro tortuga Ogway siente que es el tiempo de elegir al guerrero dragón ante el escape del terrible villano Tai Lung por lo que se lo comunica al maestro Shifu, quien a su vez a estado entrenando a cinco guerreros con tal motivo. El primer título que se me ocurrió para este escrito fue “las enseñanzas del maestro Ogway” ya que ese personaje se lleva las líneas más filosóficas de la película como la que le dirige a Shifu cuando éste, al saber del escape de Tai Lung, da indicaciones para reforzar la prisión: “Es común que el camino hacia nuestro destino es aquel que tomamos para evitarlo”; frase que brinda un luz que inquieta en estos tiempos de la búsqueda desesperada por la prevención, más allá de la atención.

Uno de los aciertos de la historia es lo que se juega a nivel del Padre de Po. Uno de los primeros chistes de la película es la presentación de ese padre dueño del restaurante de fideos. Po cae al tratar de bajar las escaleras de su casa. Una sombra que semeja un oso panda esta frente a él y Po le llama Papá. La cámara voltea para revelar a un pequeño ganso cargando unas vasijas de la cocina. El padre de Po es el orgulloso propietario de ese establecimiento de fideos (que heredó de su ganso padre, éste a su vez de su padre y éste le ganó a otro en el juego) y espera que su hijo Po esté listo para hacerse cargo del negocio. El chiste está en lo extraño de la situación. Los animadores buscaron que nos sorprendiéramos ya que fácilmente en las historias con animales un pato puede ser papá de un oso si los tomamos como representaciones simbólicas como lo abordó Bruno Bettleheim en su célebre “psicoanálisis de los cuentos de hadas”. Aquí, nos hacen creer que es un panda padre para después mostrarnos que es un ganso padre.

En el momento climático de la historia, Po se resigna a huir de Tai Lung al no sentir que es el guerrero dragón, se da un diálogo con su padre ganso. En un momento del diálogo donde el padre lamenta que “las cosas no le hayan salido como esperaba”, Po le dice a su padre “Sabes, a veces siento como si no fuera tu hijo”. El padre de Po responde “Es tiempo que te diga un secreto…el ingrediente secreto de mi sopa de ingrediente secreto”. Esa escena se lleva una buena risa por parte de la amable audiencia ya que uno esperaría que se confesara lo que está de sobra y con razones sospechado, que Po es hijo adoptado del ganso. Sin embargo lo que está por venir de pico del padre de Po es aún más importante: “El ingrediente secreto de mi sopa de ingrediente secreto es… nada”. Po, incrédulo increpa “¿Entonces la sopa especial es solo sopa normal?” a lo que el padre responde “Si, la sopa es especial solo porque crees que es especial”. En ese momento Po entiende la enseñanza del rollo del dragón que en un principio no entendió, el secreto es que eres el guerrero dragón si crees en ti mismo. La historia de Kung Fu Panda propone que creas en tus sueños, cree en ti mismo solo que existe un inconveniente, ¿cómo creer en estos tiempos de la soledad donde se nos dice que no debemos cazarnos con creencias retrógradas? ¿Cómo aventurarnos a hacer algo por simple creencia cuando la creencia misma a sido cuestionada y buscamos evidencias que sostengan las creencias, es decir, creer solo en lo que el discurso políticamente correcto nos diga que creer? ¿Cómo creer en tiempos donde creemos que no creemos o no debiéramos de creer? Más aún, ¿sobre qué base se sostiene la creencia? El padre de Po nos da la respuesta en lo que hace chiste.

Las dos figuras centrales que se entrelazan y muestran la una estructura similar, que apoyan el pie en la misma tierra, son el padre y el maestro. Por un lado tenemos Shifu, el maestro que no cree en su alumno. Maestro que fue más maestro que padre para el villano y que no cree en su alumno sobre todo si es un Panda Panzón. Un momento viraje de la historia es cuando Po sale corriendo asustado por el escape de Tai Lung. Lo detiene el maestro Shifu y le exige que se quede. Shifu no cree en su alumno pero el cambio lo hace el que si crea en su propio maestro Ogway. Es una idea inquietante la Kung Fu Panda, el maestro, para creer en sus alumnos debe primero creer que la forma como fue educado valió la pena, creer en sus maestros. Damos el adjetivo de inquietante ya que actualmente se busca en las tendencias educativas cualquier modelo que no sea el de antaño. Esto se comparte con la función paterna, a saber, la autoridad.

Parece broma cruel que los dos hijos que aparecen sufran de los temas actuales en la consulta con niños: Agresividad (Tai Lung) y Obesidad-Flojera (Po). Claro está que Po sale triunfante ya que el padre, por más ridículo que se ve frente al maestro Shifu le sale bien la jugada de ser padre al no dudarlo (Usamos esta metáfora siguiendo una de las imágenes que aparecen durante los créditos donde vemos a al padre de Po ganándole un partido de fichas al maestro Shifu).

¿Cómo gana el padre de Po? Con la sabiduría de la nada que comprobar. Cuando el padre dice “la sopa es especial solo porque crees que es especial” ¿No es lo mismo para su condición de padre de Po? Por más que podríamos decir que es el padre adoptivo de Po, es su padre (un hombre especial) solo porque el cree ser el padre de Po. ¿Por qué hay que respetar a los mayores? Solo porque son mayores. Sin nada que comprobar, sin nada que ser certificado o mediado. El mensaje de Kung Fu Panda es más para los padres de familia en sus hijos que para los hijos de los padres. El sentido de las creencias es solo el crear elementos especiales de ahí que uno de los lugares donde nos encontramos los efectos de la declinación paterna es los problemas con relación al amor.

Everybody is Kung fu fighting

Afortunadamente la propuesta infantil de Kung Fu Panda no propone este discurso mezquino estilo “el secreto” o la “Ley de la atracción”. La creencia que nos propone es la de más que creer en algo es creer en alguien. Ese uno mismo son los demás. Po es un oso cariñoso con sus ídolos y sus maestros. En este sentido resaltamos el carácter amoroso de la creencia, cuyo centro no es el carro, el trabajo o demás cosas que busque alguien “atraer” con fotos y pensamientos energéticos sino la creencia en las nadas, en las ficciones, aún y reconocidas como tales.

Afortunadamente Po no sabía que se encontraría en ese pergamino, nadie sabía como era el poder ilimitado hasta que se cae en cuenta que realmente nunca lo necesito.

Otro de los detalles que nos llaman la atención de esta película es la versión de la canción sementera “Kung Fu Fighthing” ya que no es la letra original sino una versión del joven cantante Sam Concepción y que finalmente canta en escena Rain. Esta versión es de motivación. Comparemos la letra original que Carl Douglas creara en 1974 con la versión de la película.

Mientras Carl Douglas dice:
Everybody was kung-fu fighting
Those cats were fast as lightning
In fact it was a little bit frightening
But they fought with expert timing

Sam Concepcion
Coz everybody is Kung Fu Fighting
Your mind becomes fast as lightning
Although the future is a little bit frightening
It's the book of your life that you're writing

La versión de la película habla de crecer para el futuro, siguiendo la línea de “cree en ti mismo”, como lo muestra la siguiente estrofa:

You are a natural
Why is it so hard to see
Maybe it's just because
You keep on looking at me
The journey's a lonely one
So much more than we know
But sometimes you've got to go
Go on and be your own hero

“Sé tu propio héroe” bien puede ser la moraleja de la historia y vemos un bello mensaje para los niños, las criaturas. Sin embargo, es claro que las películas de niños que funcionan son las que le llegan también a los papás. Este razonamiento de buscar que los niños crean en ellos mismos me recuerda al chista donde un padre le dice a su hijo que no quiere hacer la tarea “A tu edad Benito Juárez el primero en su clase” a lo que responde el niño “Y a la tuya ya era presidente de la república”. ¿Cómo infundir en los niños la creencia en ellos, o simplemente la creencia misma? La función paterna es la creencia encarna ya que madre cierta, padre incierto. La enseñanza del maestro Ogway puede rezar “Maestro cree en ti para que creas en tu alumno” y el padre de Po completa “el ingrediente secreto de la función paterna-docente es… nada; solo creer en que se es especial”.
The Happening de M. Night Syalaman
“¿Por qué incluso continuo hablándole a la planta?”


Contrario a las muchas críticas de cine que han aparecido actualmente donde destrozan y minimizan el trabajo del director de Sexto Sentido y El protegido, comparto mi gusto con la recién estrenada “El fin de los tiempos”. Le admiro al director haber cambiado sus reglas del juego habitual que ya estaban siendo francamente cansadas, el giro de último momento y el final de la historia.

Empecemos, como ya es costumbre que esperemos cambiar pronto, por la marquesina. El título en México, El fin de los tiempos, puede ser la “causa inconsciente” de la sensación de decepción de muchos espectadores con la cinta. Aunque “El fin de los tiempos” resulta atractivo como misterio y terror al relacionarla con el Apocalipsis, el título en inglés aporta una luz diferente. “The Happening” puede ser traducida como “El evento”, “El suceso”, haciendo relación con algo que sucede, pasa, como el “What happen?” (¿Qué ocurre?, ¿Qué pasa?). Y esto lo interesante de la cinta, poder concentrarnos en lo que pasa, no en lo que no pasa, ni en el porqué pasa.

Creo que me gusta el estilo de Syamalan por su semejanza con un ídolo compartido, Alfred Hitchcock. Cuando terminé de ver “The Happening” no dejaba de acordarme de ese clásico “The Birds” (Los pájaros). La semejanza no solo reside en la fuerza de la naturaleza que ataca a los humanos sino en el hecho de que nunca se explique porqué sucede tal evento, como si se hubiera llamado “el día que atacaron los pájaros”. Al igual que con los pájaros en los célebres estudios de Wood, Traufut y Zizek sobre “Los pajarós”, la forma de vivir la cinta es con lo que sucede más que la causa o el fin. El cambio en la trama, el giro de tuerca que Syamalan nos reservaba para el fina en otras películas, en esta está constantemente pasando.

Una escena es mi favorita. El personaje principal comienza a sospechar que quienes los están atacando son las plantas. En cierto momento se refugia en una casa deshabitada. De repente, ve un helecho en una esquina de la habitación. Voltea temeroso hacia el helecho, se acerca hacia él mientras le dice, en tono de preocupación y súplica susurrante algo como “¡Esta bien! ¡No me hagas daño! ¡No sé que te hicimos pero no nos hagas daño! ¡Por favor!” Finalmente esta tan cerca que puede tocar al helecho y lo hace solo para decir en el mismo tono anterior “¡Plástico! ¡Le estaba hablando a una planta de plástico!... ¡¡Todavía le estoy hablando!!” En la sala del cine (el cine es un arte popular) no se dejó esperar la carcajada del respetable. Lo que hace gracia no es solo el paso del suspense al alivio que genere risa, sino el cómo genera el chiste visual es el que me importa. El Witz de esta escena es la frase final, no solo le habla a una planta de plástico sino que en lo que dice resalta que lo está haciendo y lo sigue haciendo. El chiste es ver lo ridículo que esta haciendo y sigue haciendo.

El otro costado de la cinta si la comparamos con, si usamos cual piedra roseta, “Los pájaros” es la interpretación de que los pájaros atacan y dejan de hacerlo por la historia de amor prohibido entre los protagonistas. Cuando la chica de los pájaros va a buscar al chico que le gusta a su pueblo al que fue a visitar a su madre es cuando comienzan a atacar las aves. También, dejan de atacar cuando la madre del chico que primero no le gusta para su hijo, la acepta como parte de la familia. Zizek es el que ha relacionado el ataque de los pájaros con la furia del superego materno, es decir, la furia de la naturaleza es el desborde de un drama intimista. Si aplicamos esto a “The happening” ¿qué nos encontramos?

Aquí la pareja protagónica sufre por algo en silencio. Ella está callada con la mirada perdida y él es gris y parco. Cuando empieza la persecución por el ataque comienzan a protegerse y encontrarse. En el transcurso del escape de la persecución se dan dos confesiones. Primero ella le confiesa que salió a tomar un café con una persona del trabajo que la sigue llamando. La reacción de él es casi de indiferencia. Más adelante en la trama, ahora es él quien tiene que hacer una confesión a ella. Le comenta que fue a una farmacia donde quien la atendía era una chica muy hermosa. Confiesa haber ido y comprar un jarabe para la tos solo para verla ya que no estaba enfermo. Los dos ríen calladamente por esta información. ¿Qué está en juego en esta “confesión” de él? ¿Será un “no te preocupes, no pasa nada”? Es ahí donde llegamos a lo angustiante, al borde de la desesperación de muchos críticos, de lo pasivos de la pareja protagónica, parece que entre ellos no pasa nada. Paradójicamente o providencialmente, el ataque cesa cuando, al ser inminente la muerte, deciden que esa muerte “la vivan” juntos; que les pase a los dos. Es en ese pequeño momento de dar la vida por estar con el otro que pueden sobrevivir a no matarse por propia mano.

Ahora llegamos al mayor acierto del director, productor y guionista. La forma del ataque. No es ningún secreto que estas historias del fin del mundo nos pueden reflejar los miedos y objetos angustiantes de la sociedad en la que vivimos. Desde el problema de la invasión extraterrestre y su relación con el comunismo y la paranoia gringa de los 50’s, hasta el virus que infecta a todo que podemos relacionar tanto con la sangre y sus epidemias como con la voracidad del mercado actual. En “the happening” el enemigo está demasiado en casa, a saber, la ecología. Hay quienes inmediatamente lo relacionan con el discurso social, el principal temor con respecto al calentamiento global y la contaminación. Hasta ahí es un manifiesto de “cuidemos nuestra flora ya que, al defenderse, nos pueden matar”. Sin embargo, la descripción de lo que pasa en pantalla nos es más interesante, las plantas no nos matan, hacen que nos matemos.

Algo sucede en los humanos que hace que su sentido de autoconservación, de rehuir de los problemas, ya no opere, primero se altera el habla, después la orientación espacial y finalmente aparece la agresión auto-inflingida. Espero que sin saber, Syalaman nos comparte los mayores problemas de corte clínico, no solo en su forma social, que encontramos actualmente. Pensemos en fenómenos como las adicciones (al trabajo, al juego, a los medicamentos, etc.), la anorexia o la auto-mutilación y estamos en el suceso. O más aún, simplemente pensemos en el incremento de suicidios en los países desarrollados, cada vez más ocurren con más frecuencia y en un espectro mayor de la población. Aquellos que se salvaban primero[1], las mujeres y los niños, ahora se están muriendo igual.

La escena final de la historia, posterior a cese del ataque es una noticia, los protagonistas van a ser papás. Podríamos decir, él protagonista, después del evento trágico se aventó a ser padre. Esto lo relacionamos con el problema de muchos que mencionan lastimeramente cosas como “¿Por qué traer hijos a este mundo donde ya hay suficientes problemas?” Tal vez porque el hacer que algo pase ya es cambiar al mundo, aunque sea un melodrama.


[1] En los países machistas y en vías de desarrollo las estadísticas con respecto al suicidio muestran una incidencia de 90% de hombres en suicidio consumado y 90% de mujeres en intentos de suicidio, dato que cambia en los países desarrollados donde cada vez más el suicidio se reparte más equitativamente con respecto al género.

viernes, junio 06, 2008

Conferencias en la Biblioteca Central

Freud y el ocultismo II:
Telepatía y transferencia de pensamiento
Por. Héctor Mendoza

Dia: Lunes 9 de junio, 2008
Hora: 7:00 pm
Lugar: Biblioteca Central. Fray Servando Teresa de Mier

Entrada libre